lunes, 5 de mayo de 2014

El Manierismo Nórdico (IV): Cornelis Cornelisz van Haarlem - RELATO: El Preceptor del Rey (IV)






El Preceptor del Rey
Un relato incidental

IV

.....La inagotable pasión de Rodolfo como coleccionista abarcaba los más diversos campos del saber y los Tres Reinos (animal, vegetal y mineral) de que está compuesta la Naturaleza. Poseía las más envidiables cuadras de caballos, donde albergaba cuantas razas existían en la época, tanto caballos de labor, como de tiro, como de batalla, como de diversión o de carreras. Sus preferidos eran los caballos tordos andaluces, altos de cruz y poderosa grupa, elegantes y duros a un tiempo, veloces y resistentes. En su aviario podían verse todo tipo de aves exóticas: aves del paraíso, loros, guacamayos, tucanes. En su zoológico particular: tigres, osos, leones, leopardos, panteras negras. Su favorito era un león, regalado cachorro, por el Sultán otomano, que le acompañaría habitualmente en sus desplazamientos por el castillo, o podía vérselo tumbado mansamente al lado de su amo como un gato doméstico. Tycho Brahe, el gran astrólogo, que había levantado la carta astral de su serenísima, encontró conexiones entre ésta y el denominado rey de los felinos, asegurando que sus destinos estaban entrelazados (al soberano de espesa melena también le llega el día en que un competidor lo ha de destronar...). Vitrinas y vitrinas colmadas de los más extraños y raros minerales poblaban el ala norte del castillo de Praga -residencia oficial de la Corte: corales de diversos colores, piedras preciosas en vetas imposibles, grandes y pequeñas geodas más propias de la imaginación de un pintor que obra del callado y oscuro inframundo, oscuras piedras de un peso inimaginable; allí se alineaban, expuestos a la curiosidad del hombre, bien en bruto, bien en forma de objetos suntuarios o útiles elaborados y tallados con ellos.
.....Jardines Botánicos que contenían plantas de los cuatro continentes conocidos salpicaban los alrededores de Praga. Grandes invernaderos donde se criaban especies carnívoras capaces de devorar no sólo insectos sino pequeños mamíferos; flores exóticas de perfumes tan intensos que embriagaban a quienes los olían, o de colores tan infrecuentes que conformaban el espectro completo del arco iris; plantas medicinales que curaban todo tipo de enfermedades (al menos eso aseguraban los sesudos libros que las citaban); otras ornamentales cuya lozanía duraba lo que tarda la luna en completar su ciclo; y, por supuesto, las plantas útiles más indispensables que se cultivaban intentado mejorar su rendimiento y calidad. Estos jardines continentales, eran habitualmente visitados por artistas, pintores y artesanos para inspirarse en sus formas y colores, o trasladarlos, tal cual, a los lienzos, madera, bronce, piedra o metales y pedrería preciosos.

.....En un espacio del Castillo de Praga que poco a poco fue creciendo (en el ala norte), se fue conformando el Gabinete de Curiosidades, una especie de reino de lo fantástico donde se irían coleccionando todo tipo de rarezas naturales y artificiales: plumas de aves exóticas (se exponían incluso unas bellas plumas, que más parecían llamaradas que apéndices orgánicos, que se certificaba correspondían al esquivo y fantástico Ave Fénix), fósiles de animales ya extintos que confirmaban la presencia de dragones en la Tierra, enormes dientes de ballenas asesinas que trituraban sólidos barcos cual si fuesen frágiles tablas, ojos disecados de basilisco que aún conservaban su poder, por lo que debían ser observados reflejados en un espejo, el cuerno de un unicornio de más de dos metros de longitud. Allí, en vitrina especial, dedicada a Hércules (a quien Rodolfo admiraba) se podían encontrar: las afiladas garras del León de Nemea, su impenetrable y gruesa piel, más dura que la más dura de las corazas de bronce; los agudos cuernos de alabastro del blanco Toro de Creta, que Poseidón hizo salir del mar para que Pasifae, hija del rey de Minos, engendrara de él al Minotauro; los formidables colmillos del Jabalí de Erimanto; las pezuñas de bronce y las astas de oro de la cierva de Cerinea; excrementos secos de los establos de Augias, y dos ánforas con agua de los ríos Alfeo y Peneo, que el heráclida desvío de su curso para realizar este su Quinto trabajo; picos y garras y alas de bronce de los temibles Pájaros del Estinfalo, y los címbalos que Hefestos forjó para Atenea y que ésta entregó al héroe para ahuyentar a las horrorosas aves; crines, cascos y colmillos de las Yeguas que devoraban hombres y que dieron cuenta de su amo, Diomedes, con lo que se amansaron; el broche dorado del mágico cinturón de la amazona Hipólita, que confería a quien lo ciñese el don de la invulnerabilidad; en un tarro de cristal, la doble cabeza rebajada del can Ortro, hermano de Cerbero, a quien el héroe matara para robar el ganado del monstruoso Gerión, junto a la copa dorada que el dios Sol, Helios, utilizaba por las noches para cruzar el mar de Oeste a Este, y que Hércules empleara para llegar hasta Eriteia, donde Augias guardaba el ganado; dos manzanas del Jardín de las Hespérides, tan doradas que emitían luz propia cual si fueran pequeños soles; y, por último, una especie de trompeta espiriforme de ébano, en la cual, si se acercaba al oído, podían escucharse los lastimeros aullidos sincopados que el can Cerbero emitía con sus tres gargantas, cuando Hércules, en su doceavo trabajo, lo capturara en la entrada a los infiernos, que el can custodiaba, para llevarlo encadenado al mundo de los vivos.

.....Además, en una de las alas, dedicadas a la Religión, podía encontrarse: dos clavos del Arca de Noé; un fragmento de la Zarza Ardiente del Monte Sinaí, traída directamente del monasterio egipcio de Santa Catalina; un cuenco, medio lleno, de Maná recogido en el desierto, al amanecer, cualquier día de la semana que no fuese sábado; un dedo de la mano izquierda, convertido en sal, de la mujer de Lot; un trozo de la quijada que Sansón empleara contra los filisteos y un mechón de su cabello vuelto a crecer, que tenía la maravillosa propiedad de ser irrompible; una astilla del Arca de la Alianza, cuya naturaleza era desconocida, pues no era ni madera, ni piedra, ni metal, y, a la vez, participaba de la constitución de todos ellos; unos granos de arcilla con la que Dios moldeó al primer hombre... Pero también: una hogaza de pan, que permanecía sempiterna y milagrosamente fresca, perteneciente a la primera multiplicación de los panes y los peces realizada por Jesús en Galilea; una vasija de ónice conteniendo bálsamo empleado por María de Magdala para ungir los pies del Cristo; una tinaja llena de vino incorruptible procedente de las Bodas de Caná; el pico y la cresta disecada del gallo que cantó para anunciar las tres negaciones de Pedro; dos monedas de plata de las que Judas cobró en pago a su traición; un trozo del pilar de mármol al que fue atado el Redentor cuando fue flagelado; una espina de la corona que hirió la frente del Señor y un tarro con vinagre en el que Longinos mojara una esponja para dárselo de beber cuando, ya en la cruz, el Hijo de Dios pidió de beber; una astilla del lignum crucis y uno de los clavos utilizados para clavar los pies de Cristo; varias piedras renegridas del Monte Gólgota, que, se afirmaba, contenían sangre seca del Salvador; un trozo del sudario de Jesús que constantemente emanaba un perfume sutil e indefinible: el aroma de la divinidad.

.....Frente a esta vitrina, otra con cálamos utilizados por los Evangelistas para escribir sus Evangelios; papiros con pasajes del Antiguo Testamento encontrados en cuevas de las escarpas aledañas al Mar Rojo; incunables y primeras ediciones del Tanaj, de la Septuaginta y de la Vulgata; varios ejemplares de la Torá y de los textos cabalísticos: la Mishna, El Talmud de las Diez Sefirot, el Zohar y el Sefer Yetzirá; seis versiones del Alcorán islámico, dos de ellas eran traducciones al griego y al latín, y las otras cuatro procedentes de Constantinopla, de Damasco, de Medina y de Córdoba; los Vedantas del Indostán, escritos sobre hojas vegetales elaboradas con celulosa de cedro y sándalo; el Mahabarata, en facsímil editado en Madrás, escrito por iluminados copistas ciegos, de caligrafía hermosísima y renglones increíblemente rectos; dos ejemplares del Ramayana, uno sólo en texto y otro ilustrado que posee la virtud de que sus ilustraciones cobran vida, se animan, cuando se posa la vista en ellas; un ejemplar del Ayur-Veda, que contiene toda la sabiduría salutífera y médica de la India, y en el que está consignada la herboristería más fantástica de cuantas se conocen; otrosí, en una vitrina más discreta, un ejemplar de un libro erótico, profusamente ilustrado, llamado Kama-Sutra, que las mujeres tienen prohibido ojear por el erotismo que desprende su texto y las ilustraciones del mismo. Allí también hay ejemplares del I-Ching, de las Analectas de Confucio, de los Anales de la Primavera y el Otoño de Liezi, del Tao te Ching de Laotsé, del Libro de Zhuang-tzi y del Arte de la Guerra  de Sun Tzu.

.....Un lugar especial ocupaban los muchos inventos mecánicos, cachivaches más o menos útiles e ingeniosos y autómatas de toda laya. Entre estos había una impresionante colección de relojes de todos tipos: desde los bicónicos de arena de diversa procedencia (de varios desiertos y del lecho de varios ríos, cuya velocidad de paso era desigual: más rápida la arena de origen fluvial, más lenta la del desierto); clepsidras que también se diferenciaban si el agua empleada era dulce o de mar; relojes de aire o de sol, pero, sobre todo, relojes mecánicos: de ruedas y de pesas, de poleas y balancines, que por medio de ingeniosos artilugios medían distintamente el tiempo del dolor (más veloz) y el del placer (retardado), anunciaban las horas con sonidos musicales o simulando cantos de aves; en algunos, para su construcción, se empleaban metales preciosos y gemas de gran valor, y esos medían el tiempo de las ocasiones importantes, el de los artistas cuando realizaban obras maestras o el de los astrólogos cuando observaban el firmamento, o el del gobernante que debía tomar una decisión capital: medían el tiempo más valioso y los momentos más preciados, aconsejables tanto en los nacimientos inminentes, como en los exponsorios o junto al lecho de los agonizantes. Entre su variopinta colección, se encontraba también el primer reloj capaz de medir segundos, y otro que en su transcurrir ilustraba el movimiento de los planetas.
.....Allí también: máquinas de movimiento perpetuo, cuya utilidad era cuestionable pero cuya contemplación era agradable y relajante; inventos ingeniosos, como un laúd que traducía los tonos a colores a medida que se lo tañía; una carabela a escala, capaz de navegar, con cañones que disparaban bengalas; un centauro de plata con gualdrapa de oro, articulado, portando en sus lomos una Diana cazadora, que cada cuatro pasos disparaba una flecha; una esfera armilar, cuyo accionamiento permitía observar el movimiento orbital de los planetas alrededor del sol; o una extraña brújula inversa, cuya aguja señalaba, invariablemente, al Sur. Libros que se abrían y pasaban las páginas automáticamente, cajas de música que tenía la virtud de aplacar la ira, tejidos mágicos que volvían invisible a quien con ellos se cubría...

.....Pero la más fantástica de cuantas maravillas allí podían ser contempladas, era la cabeza del Golem que creara el Rabí Judah Loew para defender al ghetto de Praga de los ataques antisemitas: en su frente aún era posible leer la palabra hebrea emet, con la primera "e" tachada, que sería la fórmula con la cual el taumaturgo ocasionaría la destrucción de su creación, cuando ésta se extralimitó en sus funciones de custodia para sembrar el terror, comenzando a asesinar de forma descontrolada. Se decía que esta cabeza podía volver a la vida, colocada sobre un nuevo cuerpo de arcilla consagrada, en cuanto un sabio, experto cabalista, le susurrara al oído las palabras mágicas (aquellas que ya empleara Yaveh para insuflar vida al primer hombre). Corrían leyendas sobrecogedoras de lo que este ser indestructible (salvo por la acción del verbo) era capaz de hacer; y todos cuantos contemplábamos aquella enorme cabeza de rasgos monstruosos no dejábamos de sentir un íntimo escalofrío al imaginárnoslo vuelto a la vida, deambulando por nuestras calles y anunciando su llegada con pesados pasos de gigante pétreo.

.....Todo esto formaba parte del Gabinete de Curiosidades que Rodolfo compiló, y que contribuyó a que sus enemigos dijeran de él que había perdido el juicio, para apartarlo del trono; aunque en realidad otros eran los motivos. Motivos más políticos y religiosos: su tolerancia y liberalidad, su tibieza a la hora de impulsar la Contrarreforma; su contemporización, cuando no complicidad, con judíos y musulmanes; su guerra poco decidida contra los turcos, que durara quince años y que nada consiguiera, más que crear malestar; su alejamiento cada vez mayor del papel tradicionalmente habsburguiano de salvaguarda de la fe; su aproximación a personajes tachados por la Iglesia como heréticos o, directamente, demoníacos; su pasión por la alquimia y la Qabbalah; su sensualidad no escondida, pero tampoco predicada, orgullosa pero no licenciosa, trascendente y casi casi espiritual... Fue esta suma de razones la que contribuyó a su caída. Pero antes es conveniente que aporte mi perspectiva y que, como testigo privilegiado, diga unas palabras en cuanto a estas adicciones suyas, en cuanto a ese su carácter, primero tan entusiasta y confiado, y al final tan inseguro y receloso. Es preciso que lo haga para que pueda ser, si no comprendido, sí conocido algo mejor. Y ya se sabe: aquello que se conoce se acerca más al corazón, y lo que está cerca del corazón es más probable que pueda comprenderse.

(continuará)

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GALERÍA


Cornelis Cornelisz van Haarlem
1452-1638

Mitological and Allegorical
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The Wedding of Peleus and Tetis, 1593
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De Bruiloft van Peleus en Thetis (1592/93)
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De Bruiloft van Peleus en Thetis (1592/93) detail
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De Bruiloft van Peleus en Thetis (1592/93) detail
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The Wedding of Peleus and Thetis
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Neptune and Amphitrite, 1583
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The Fall of the Titans, 1588
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The Fall of Ixion, 1588
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Two Followers of Cadmus devouring ny a Dragon, c 1588
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Hercules and Achelous, 1590
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Hercules and Achelous, 1590
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Venus and Adonis, 1592
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Perseus washing his Hands after Liberating Andromeda and placing the Head of Medusa
on a Bed of Leaves and Sea Weed
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Perseus washing his Hands after Liberating Andromeda and placing the Head of Medusa
on a Bed of Leaves and Sea Weed
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Júpiter y los demás dioses urgen a Apolo a retomar las Riendas del Carro del Día
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Allegory of Repentance (attibuted)
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Mars and Venus, 1599
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Venus and Cupid, 1602
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Bacchus and Satyr, 1607
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Venus and Adonis, 1619
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Venus and Adonis
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Venus and Adonis
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Ceres, Bacchus, Venus and Amor, 1624
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The Judgement of Paris, 1628
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Mars and Venus, 1628
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Pomona ontvang de Fruitoogst, 1626
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Diane
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Diana
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The Three Graces
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The Liberation of Achior, 1621
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The Golden Age of the Arts, 1614
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Allegory of the Arts and Sciences, 1607
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Allegory of Temperance, 1600
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Allegory of Temperance
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The Mirror of Time
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Juda and Tamar, 1596
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The Choice between Young and Old, 1597
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Nun and Monk, 1591
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Religious

Fall of the Human, 1592
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Fall of the Human, 1592
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The First Family (the Noah family), 1583
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L'Humanité avant le Dèluge
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La Corruption du Monde avant le déluge, c 1620
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Avant le Dèluge,
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The Bath of Bathsheba
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Bathseba, 1594
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Susanna and  the Elders, 1590
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Susanna and the Elders, 1590
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Susanna and the Elders, 1599
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The Massacre of the Innocents, 1590
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The Massacre of the Innocents, 1590
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De kindermoord in Bethlehem (Central panel)
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De kindermoord in Bethlehem
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La matanza de los Inocentes
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The Holy Family, 1590
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Madonna and Child, 1617
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The Preaching of St John Baptist, 1602
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The Baptism of Christ, 1588
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Baptism of Christ, 1600-1602
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Christus zegt de kinderen (1633)
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Dejad que los Niños se acerquen a Mí, 1633
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Christ holding the Cross and a Chalice
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Nailing to the Cross, c 1600
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The Crucifixion with Saints and Donors, c 1600
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St Sebastian, 1592
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The Good Samaritan, 1627
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Banquet of a platoon of the St. George Civic Guard, 1583
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Banquet of the officers and sub-alterns of the Haarlem Calivermen Civic Guard, 1599
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